Un weon acompaña a otro que messengerea.
El tarreao le pregunta al otro como vá copando con la ausencia de la primera mina que amó, quién le pisoteó el alma.
El woen le responde que bien, que hay que dejar el pasado donde corresponde, devorado por el tiempo, y progresar hacia el futuro empírico, que es el constante presente.
Ante esto, se conecta la mina en cuestión.
El weon se pone todo nervioso y se retuerce cuando se abre la ventana con una foto de ella.
Le está mandando un tema a tarreao.
Esto le jode un poco
Tarreao le dice que no le gusta el tema
Ella le responde que no lo mandó para que le gustase
Le pregunta el sentido y ella recurre a la incoherencia jote.
La caja de pandora es desatada
El monolito sale del monte de tierra que le ha tapado
Los temas superados recuperan vigencia
Y repentinamente algo carece sentido del presente.
Werner Fromm vuelve para contar historias ya sabidas de años antaños
Ya vividas.
Le explaya el weon a tarrero que siempre hay un vestigio escondido que apela a querer ver a la mina, trata de no apuntar su mirada al vestigio.
Le responde que filo, que deje atrás, que le preste atención a la música.
Ésta habla de la pérdida de atención, que se hace necesario aprender un nuevo lenguaje para tener un filtro fresco en la visión global.
La émpasis se hace efectiva.
Y la música nuevamente adquiere sentido.
jueves, 26 de abril de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario