jueves, 26 de abril de 2007

Hemos

El vapor ignominio chorrea de mis poros, ante la agitación temperatural que involucra el estar en jodienda hacia las abnegaciones circunstanciales de la generación del consumo; aquella que miró hacia el norte relativo y nunca hacia atrás, lo anticuado pierde validez (siendo el camino trazado y pasado). El truco de la juventud es creer que ese es el maná único válido; que la "frescura" no se repite. Vapor ignominio, juez penitente, que tu hedor homogenice a los incrédulos, que el horizonte sea parejo, donde todos estamos parados a altura de hombro, en una carrera fatalista donde no se sobrevive si no se chinga. En nuestro supuesto progreso intelectual y tecnológico no hemos dejado el salvajismo. Hemos.

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